Me impregné de rocío
Me impregné de rocío,
aquella mañana.
Madrugada misteriosa
con su neblina espesa...
consistente.
Tanto...
que me impidió continuar
por
el
camino
cotidiano.
Y al tiempo de andar,
dando pasos en falso...
una luz casi imperceptible,
me guió.
Me encausó...
por
el
camino
cotidiano,
hasta mi destino.
Gracias a esa luz casi imperceptible...
estoy aquí,
en alma y cuerpo...
humedecido.
Juan Jara |